Reciclaje de pilas, hardware y aceite

Introducción

El reciclaje de pilas y baterías es un proceso esencial para la gestión sostenible de residuos, ya que estos productos contienen sustancias químicas peligrosas que pueden causar daños significativos al medio ambiente y a la salud humana si no se manejan adecuadamente. Las pilas y baterías son una fuente común de energía para numerosos dispositivos electrónicos y, debido a su alta demanda, su uso y desecho han aumentado exponencialmente en las últimas décadas. 

Cuando estos productos llegan al final de su vida útil, es crucial evitar que terminen en vertederos, donde sus componentes tóxicos, como el plomo, el mercurio, el cadmio y el litio, pueden filtrarse al suelo y contaminar fuentes de agua. El reciclaje no solo minimiza el impacto ambiental, sino que también permite la recuperación de materiales valiosos que pueden reutilizarse en la fabricación de nuevas baterías u otros productos electrónicos. De esta manera, se reduce la necesidad de extraer materias primas vírgenes, ayudando a conservar recursos naturales y a reducir las emisiones de carbono asociadas con la minería y la producción de nuevos materiales. Promover la recolección y reciclaje adecuado de pilas y baterías es, por tanto, una responsabilidad compartida entre gobiernos, empresas y consumidores, en el marco de un compromiso global por la sostenibilidad y la economía circular.

Así mismo, el aceite también es de vital importancia reciclarlo, ya que un solo litro de aceite puede llegar a contaminar hasta 1000 litros de agua de mar, siendo el aceite de cocina unos de los principales contaminadores del agua. Además, reciclar aceite reduce el riesgo de obstrucción en sistemas de tuberías, ya que, al desecharse por el fregadero, se adhiere a las paredes endureciéndose y causando bloqueos.

Hardware

El reciclaje de componentes electrónicos, también conocido como reciclaje de residuos electrónicos o e-waste, es esencial debido a los problemas ambientales que generan estos desechos. La importancia de este tipo de reciclaje se podría basar en varias áreas clave:

  • Reducción del riesgo ambiental: Los desechos electrónicos contienen sustancias peligrosas como mercurio, plomo y cadmio, que al no ser tratados adecuadamente pueden contaminar el suelo, el agua y el aire, siendo estos un peligro para el ecosistema.
  • Conservación de recursos naturales: Los dispositivos electrónicos contienen metales valiosos como el oro, la plata y el cobre, que pueden ser recuperados y reutilizados. Reciclar estos materiales reduce la necesidad de extraer nuevos recursos naturales, con el gasto de energía que conlleva la minería.
  • Disminución de residuos en vertederos: Al reciclar, se evitaría una enorme cantidad de residuos electrónicos en vertederos, donde tardan cientos de años en degradarse, a parte del uso del espacio para ello.
  • Cumplimiento de normativas ambientales: Existen normativas internacionales que regulan la gestión de los residuos electrónicos. Impulsar estas regulaciones obligarían a que tanto empresas como individuos estuvieran obligados a hacerse cargo de manera correcta de sus residuos electrónicos.

Pilas y Baterías

Según el Instituto de las Naciones Unidas para Formación Profesional e Investigaciones, en 2022, el mundo generó aproximadamente 62 millones de toneladas de residuos electrónicos, de los cuales solo el 22% fue reciclado. 

En Europa, aunque el nivel de reciclaje es mayor al promedio mundial (42.8% en 2022), la generación de desechos sigue siendo un problema, con una tasa de 17.6 kg de e-waste por habitante, la más alta a nivel mundial. España ha comenzado a mejorar la gestión de residuos de pilas y baterías. Empresas como Iberdrola junto al grupo FCC y Glencore están desarrollando soluciones para reciclar baterías de vehículos eléctricos, y se espera que para 2035 se recojan alrededor de treinta y cinco mil toneladas métricas de baterías en la Península.

Las pilas y baterías se pueden clasificar en primarias (desechables) y secundarias (recargables). Las primarias tienen una reacción química irreversible y, una vez agotadas, no pueden volver a recargarse, como son las de zinc-carbón y óxido de plata, entre otras. Por otro lado, las secundarias si tienen reacciones químicas reversibles que permiten varios ciclos de carga y descarga, algunos ejemplos son las de ion-litio y plomo-ácido.

Si nos paramos a comparar las primarias con las secundarias, estas últimas han demostrado ser ampliamente superiores a las primarias, ofreciendo ventajas clave en términos de sostenibilidad y rendimiento. Las primarias tienen su ciclo de vida muy reducido frente a la posibilidad de recarga de las segundarias, prolongado la vida útil de las pilas y baterías. Esto no solo disminuye el impacto ambiental, sino que también reduce el uso de recursos naturales para su producción ya que componentes como el litio y el cobalto se pueden utilizar en nuevos dispositivos. Un punto a favor de las primarias es el coste inicial, es notablemente menor, pero a largo plazo las secundarias resultan ser más económicas, pues su durabilidad elimina la necesidad de reemplazarlas con frecuencia, beneficiando a los consumidores.

La evolución de las baterías a lo largo del tiempo ha sido notable. Desde las de plomo-ácido, con una vida útil de unos pocos ciclos de carga, hasta las actuales de ion-litio, que superan los dos mil ciclos, esperando que alcancen los cinco mil en un futuro cercano. Actualmente se está estudiando en profundidad a las baterías en estado sólido, las cuales proponen mayor densidad energética, mayor seguridad y menor dependencia de materiales difíciles de conseguir.

El almacenamiento de energía renovable y los vehículos eléctricos han hecho que las baterías secundarias evolucionen dado respuesta las demandas de eficiencia, sostenibilidad y seguridad, favoreciendo la transición energética global y fomentando la investigación en alternativas más limpias y de mayor duración.

Aceite

Como ya se ha comentado en la introducción, el aceite de cocina usado es altamente contaminante para el agua, ya que un solo litro de aceite puede contaminar hasta mil litros de agua de mar, dificultando la biodiversidad en los cuerpos de agua. 

El desconocimiento del problema es otro agravante, ya que, en países como Perú, donde la cultura del reciclaje está menos extendida, la gente puede hacer un mal desecho del aceite tirándolo por ejemplo por el fregadero, lo cual ya sabemos que es muy perjudicial tanto para el sistema de cañerías como para el agua que se contamina con dicho aceite. Por este motivo es de vital importancia la concienciación sobre estos temas, ya que a veces podrían ser simplemente errores por desconocimiento de lo perjudicial que es.

Finalmente, el aceite reciclado se puede usar para crear otros productos como jabón de manos, lo cual es muy útil para aprovechar el aceite que sobra en la cocina y además usarlo para fabricar un producto que de otra forma tendríamos que comprar en el supermercado. La compra de un jabón de supermercado tendría una huella ambiental mayor, ya que no solo habría que incluir la contaminación generada por la fabricación del producto, sino también las emisiones generadas por su transporte o el desperdicio de plástico para envasarlos.

Puntos limpios en Sevilla

Conclusión

El reciclaje busca reintroducir materiales de desecho al ciclo productivo, evitando la contaminación ambiental y aprovechando metales que son valiosos para la industria, como el zinc y el manganeso, y el preciado litio. Estos metales junto a otros como el mercurio y el cadmio representan graves riesgos de contaminación del suelo y agua.

Las baterías secundarias deben de ser la alternativa a las primarias, no solo por la capacidad de recarga y mayor durabilidad, sino por su menor impacto ambiental y los avances en la tecnología. Esta evolución impulsa a soluciones energéticas más seguras y responsables.

Por otro lado, está el reciclaje del aceite usado. El reciclaje de este es fundamental para nuestros sistemas hídricos. Al reciclar promovemos la economía circular, manteniendo el uso de estos materiales durante el mayor tiempo posible, beneficiando tanto a la comunidad como al planeta.

Referencias

Hernández, O. E., Torres, J. E., & Gasca, G. A. (2014). Reciclaje de pilas y extracción de metales. In SOMI XXIX Congreso de Instrumentación.

Pérez, R. H. RECICLAJE DE PILAS Y BATERÍAS USADAS. PARTE 1: ESTUDIO ESTADÍSTICO. Evaluación de la calidad del agua de lluvia en el municipio de Atlixco, Puebla…………………….. 2 Utilización de un residuo de MnCO 3 proveniente de un proceso metalúrgico para el tratamiento.

Naranjo, F. P. B., Pico, M. A. P., Alberto, G. E. F. V. F., & Calderón, C. (2019). Tecnología 2.0 y la cultura de reciclaje electrónico en UNIANDES Ambato. Dilemas contemporáneos: Educación, Política y Valores.

De la Cruz Díaz, A. A. (2018). Campaña de concientización sobre el reciclaje de aceite de cocina usado y el aprendizaje significativo en mujeres de 40 a 50 años de 3 sedes de Casa de la Mujer en Los Olivos-Lima, 2017.

Síguenos en nuestras redes sociales.

1 comentario en “Reciclaje de pilas, hardware y aceite”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll al inicio